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Seguramente si pensamos en sofocar un fuego lo primero que se nos pasa por la cabeza es echar agua. Pero ¿es siempre la mejor opción? La respuesta es no, cada material inflamable debe ser extinguido de una forma diferente.

¿Cuándo si y cuándo no usar agua para apagar un fuego?

El agua es un agente extintor que absorbe el calor y es incombustible, por lo que no puede arder. Por eso cuando vertemos agua, ésta absorbe el calor que el combustible desprende transformándose en un gas, vapor de agua, evitando así que el combustible pueda seguir reaccionando con el oxígeno. Un ejemplo de ellos el uso que hacen del agua los bomberos. Estos profesionales utilizan unos pitones especiales en sus mangueras que lanzan agua en unas gotas muy pequeñas, lo que facilita que el agua se convierta en vapor y se acelere el proceso de extinción.

Pero, como comentábamos al principio de la entrada de este blog, es importante saber que hay ocasiones en las cuales, el agua no es el mayor enemigo del fuego y que, además, puede empeorar el incendio.

Es conveniente saber el origen del fuego, pues en algunos casos utilizar agua solo empeorará la situación.

¿Cuándo NO usar agua contra el fuego?

  • Fuego por aceite, gas, grasa ni aparatos eléctricos. Al echar agua en una sartén con aceite caliente, el agua se evaporiza arrastrando gotas de aceite que prenderán inmediatamente. En estos casos, es necesario utilizar un extintor de incendios adecuado para cocinas o en caso de no tenerlo, humedecer un paño, escurrirlo y echarlo sobre la sartén.

 

  • Gas o gasolina: jamás debemos usar agua antes estas situaciones o podremos provocar una explosión. Abandona la zona lo más rápido posible y llama a los bomberos.

 

  • Un cortocircuito, un problema en la instalación o un aparato eléctricos que comienza a arder son situaciones que pueden darse y que jamás debemos intentar apagar con agua. El agua es conductora de electricidad y, si la corriente eléctrica está dada, podemos llegar a electrocutarnos. Si nos encontramos ante un incendio eléctrico, debemos cortar el suministro eléctrico lo antes posible, utilizar extintores específicos para fuegos eléctricos (como los extintores de polvos químicos secos), abandonar el inmueble y llamar a los bomberos en cuanto nos sea posible.

 

  • Fuegos químicos, la situación menos habitual en un hogar. Estos son los que se originan sobre metales combustibles, como el magnesio, titanio, potasio, sodio, y sólo se pueden apagar con un extintor.

Ante un incendio, lo más importante es ser prácticos. Según la magnitud lo primero será llamar a los bomberos, y como primeros auxilios seguir estos consejos para evitar que las llamas se expandan y así ayudar a extinguirlo cuanto antes.